
El péndulo del poder


El péndulo del poder
Estamos viviendo una época de cambios globales. Aunque muchos confían en ellos, muchos otros no saben qué pasará en el futuro. Todo es fácil cuando el viento está en calma y el suelo está en paz. Pero cuando las ráfagas de cambio empiezan a empujarlos por la espalda, los humanos empiezan a darse cuenta de lo frágiles que son en realidad.
En esta Era de Guerra, la humanidad se encuentra en un precipicio perpetuo: mirando hacia las fauces del olvido, donde cualquier paso en falso podría enviarlos a la extinción. ¿Cuánto caos puede soportar la humanidad antes de ser empujada al abismo? ¿Son estos reordenamientos globales meros temblores bajo los pies de la humanidad o son los retumbos del terremoto final?
La fuerza de la unidad se encuentra en el compromiso.
Las coronas han pasado por miles de reyes y reinas, cada uno diferente del anterior. Como el péndulo de un reloj, el poder oscila de un lado a otro en un paso interminable del tiempo. Crea un equilibrio entre dos fuerzas opuestas, cada lado depende del otro para mantener el orden.
Ninguna de las partes tiene razón o está equivocada por completo, pero ninguna puede ceder. Si el péndulo deja de oscilar, el reloj deja de funcionar.
La transferencia pacífica del poder es una base de la libertad.
Es fácil echar la culpa de las dificultades a los líderes de la humanidad si no son los líderes que uno eligió. En la mente de sus oponentes, un líder se convierte en un enemigo; sus errores se convierten en ataques premeditados; sus defectos humanos se convierten en defectos irreparables; sus errores se convierten en conspiraciones perversas. Muchos se niegan a ver nada bueno en quienes no están de acuerdo con ellos simplemente porque sus creencias son diferentes.
La crítica es la restricción que impide que un líder se convierta en un dictador. Pero incluso el líder más grande está hecho de los mismos materiales que el más bajo. Las mentes de un rey y un plebeyo difieren solo en lo que han elegido para llenar la suya. Afirmar que cualquier líder es completamente malvado -o completamente bueno- es afirmar que no es humano.
Encuentre la paz en la eterna pregunta: "¿Cui bono?" ¿Para beneficio de quién? ¿Qué pueden ganar los líderes con la destrucción del pueblo que dirigen? ¿Qué motivaría a un rey o una reina a destruir la razón misma por la que llevan la corona?
Todo rey es superado en número por su pueblo. ¿Quién dirige realmente un país?
Al cuestionar las acciones de sus líderes, pregúntese cómo afrontaría usted los mismos dilemas si tuviera las mismas responsabilidades. Recuerde que lo que se ve públicamente es sólo una fracción de lo que realmente ocurre detrás de la cortina: una fachada de riqueza y poder que oculta la grave severidad de las decisiones que se toman detrás de ella.
Sus líderes no tienen ninguna motivación para causarle daño y, en interés de su seguridad, a menudo deben tomar decisiones que usted no puede entender y que pueden parecer sospechosas si se las ve fuera de contexto. Si cree que sus decisiones servirían al avance de la humanidad mejor que las decisiones de sus líderes actuales, puede invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios para reemplazarlos, como lo hicieron con los líderes que los precedieron.
El tiempo es un poderoso revelador. Este planeta ha superado milenios de dificultades y ha sobrevivido a desastres más devastadores que las guerras registradas por la historia. La humanidad se ha enfrentado a sus peores líderes, a sus peores regímenes, a sus peores obstáculos, y ha sobrevivido para hacerse más fuerte.
Aunque la opinión nos divide, todos debemos unirnos por el bien de la humanidad.
No teman por el futuro de la especie más resistente de este planeta. Aunque los retratos dentro de los palacios puedan cambiar y los nombres en los mapas puedan alterarse, el reloj de la humanidad seguirá funcionando sin interrupciones. Cuando los vientos del cambio amenacen con derribarlos, busquen refugio en el refugio de la pirámide. Siempre los estaremos cuidando.▲

Los Illuminati no tienen otra creencia que la soberanía de la especie humana.
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